El objetivo de cualquier tienda online es lograr que todos aquellos que la visitan realicen una compra. Si dispones de un posicionamiento decente y has aplicado un mínimo de trabajo en redes sociales, imagina el éxito si todas aquellas personas que visitaran tu tienda hicieran una compra, podrías darte por satisfecho. ¿Verdad?

Si esto no está pasando en tu tienda, comienza a estudiar el por qué. ¿Has mirado ya qué tipo de tráfico aterriza en ella? Cuando digo esto me refiero al porcentaje de rebote que experimentas. Para los que no estén familiarizados con el término el rebote, en el contexto analítico de una página web, se refiere a quienes entran en tu página y se van de inmediato. Es decir, clican el enlace que lleva a tu página web y sin realizar más actividad la abandonan.

El rebote determina la eficacia de tu página y te da una idea de los potenciales consumidores que estás perdiendo porque “escapan” de tu tienda. Si tu porcentaje es alto puede ser debido a que tienes una mala presentación, o bien a que la página principal no es suficientemente persuasiva o atractiva para el usuario. Por el contrario, un porcentaje bajo de rebote indica que la página retiene a sus visitantes y los atrae suficiente para que accedan a las distintas pestañas llevándolos a tener altas posibilidades de comprar algún producto.

No obstante, puede haber otros factores que contribuyan al índice de rebote de tu página. Revisa tu página y estudia cómo provocar que cada visitante se convierta en comprador. Atento a estas 5 claves para convertir el tráfico en ventas:

1. Utiliza Pop-ups:

Si utilizas Pop ups controla el cuándo y el cómo. Por ejemplo, si acabas de acceder a una página web y no sabes todavía dónde estás, si en ese momento aparece un pop up que no te deja ver puede resultar molesto. Asimismo, muchos usuarios están cansados de los pop ups en general así que asegúrate de que si pones uno tengas tus razones.

Un buen ejemplo para incluir uno es utilizar las nuevas técnicas que controlan el movimiento del ratón, gracias a ello podemos detectar cuando un usuario va a abandonar una página, si en ese momento lanzas uno con una oferta para primeros compradores por ejemplo puedes recuperar la atención del usuario.

Asimismo te recomiendo que lances el pop up en diferentes tiempos y lugares, y según los resultados sobre el registro del rebote sabrás cuál te funciona mejor.

2. Diseño:

Hemos comentado en innumerables ocasiones la importancia de un diseño sencillo, no recargado, de navegación simple y responsive. Como ejercicio te propongo que mires a tu página de un modo crítico y te sitúes como nuevo visitante: ¿Te aporta confianza como para efectuar un pago? ¿El mensaje es convincente? Piensa que un simple cambio en el color de fondo puede modificar tu índice de rebote.

Trata de responderte a estas preguntas y de ir puliendo campos uno a uno, si realizas muchas cambios a la vez no podrás controlar qué funciona y qué no. Evalúa tus modificaciones y ejecuta cambios progresivamente.

3. Controla la descarga de tu página en cada navegador:

Puede sonar complicado pero gracias a Google analytics podemos saber desde qué navegador y qué versión resulta con un mayor índice de rebote. De este modo puedes ver dónde está el problema, quizás en uno de los navegadores tu página no carga bien.

4. Velocidad de carga:

Cuanto más contenido añadas a tu página más tardará en cargarse. Si una página tarda mucho en cargarse tu índice de rebote se disparará, aunque en sentido negativo, ya que como usuarios no tenemos paciencia y preferimos abandonar la página antes de esperar a que se cargue.

Si tu página contiene muchas imágenes y son en alta calidad, te recomiendo que con ayuda de un programador apliques el deferred loading, que en pocas palabras se trata de que tu página descargue sólo las imágenes que van apareciendo en pantalla. Al cargarse las fotografías progresivamente la página principal tardará mucho menos en aparecer.

5. Navegación y Usabilidad:

Incluye información clara y no ocultes detalles a los consumidores. No dificultes el acceso a la información como los gastos de envío, no te escudes en una estructura tediosa o desorganizada porque si el visitante no puede encontrar la información que busca relevante al producto, al pago, o al envío abandonará la página e irá a otra que se lo de todo mascadito.